Síntomas
La mayor parte de los afectados no experimentan
síntomas durante la fase de infección aguda, aunque algunas personas presentan
un cuadro agudo con síntomas que duran varias semanas e incluyen coloración
amarillenta de la piel y los ojos (ictericia), orina oscura, fatiga extrema,
náusea, vómitos y dolor abdominal. Un pequeño grupo de personas con hepatitis
aguda puede sufrir insuficiencia hepática aguda, que puede provocar la muerte.
En algunos casos la hepatitis B puede causar
también una infección hepática crónica, que posteriormente puede dar lugar a
cirrosis hepática o cáncer de hígado.
¿Quiénes corren riesgo de sufrir
la enfermedad de forma crónica?
La probabilidad de que la infección se cronifique
depende de la edad a la que se produzca. Los niños infectados con el virus de
la hepatitis B antes de cumplir los seis años son los más expuestos al riesgo
de sufrir infecciones crónicas:
En los lactantes y niños:
·
entre un
80% y un 90% de los lactantes infectados en el primer año de vida sufrirán una
infección crónica; y
·
entre un
30% y un 50% de los niños infectados antes de cumplir los seis años sufrirán
una infección crónica.
En los adultos:
·
menos de
un 5% de las personas sanas que se infecten en la edad adulta sufrirán una
infección crónica; y
·
entre un
20% y un 30% de los adultos que padecen una infección crónica sufrirán cirrosis
y/o cáncer hepático.
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